Rajoy y las miserias del centrismo

Nuestro Centrorreformista empedernido

Hace no muchos años, los que tenemos algo de memoria ( y no hemipléjica ni regulada ) deberíamos recordar sin mucho problema lo que dijo Mariano Rajoy respecto a los liberales. O aquella gloriosa entrevista con Buenafuente en la que afirmó ser más de izquierdas que nadie. En estos cinco meses ha dejado claro que es así, que los liberales le dan urticaria y que lo que de verdad le erotiza es el asunto social del Estado del Bienestar (gobernado por él mismo, claro).

Don Mariano se aplica a sí mismo aquello de: «Haga usted como yo, y no se meta en política». El centro es el sitio ideal para los que, como él, aspiran a ver el partido fumándose un buen Cohiba sin que se le complique demasiado la existencia metiéndose en líos de política. La única pega es que el Centrismo no es nada, no tiene sustancia política. Es un instrumento coyuntural, sirvió a la Transición y desapareció. Ahora es una mera trampa de la izquierda, es el remanso donde la división mediática de la izquierda pretende confinar a la derecha. Y está tan confortable y mullidito el pisito que han preparado los progres que es el apartamento ideal para nuestro Don Mariano. Mientras no rompa las reglas de la comunidad de vecinos, le permitirán vivir en paz con alguna que otra collejita y alguna que otra caricia por el lomo.

Rajoy, efectivamente, mintió durante las elecciones. Bueno, mintieron todos, como siempre, lo que sucede es que sólo podemos pillar al que las gana. A la oposición no podemos nunca pillarla, por eso Mariano tiene todo el día ese gesto como de fastidio. Como si le hubiesen sacado del dulce letargo en el que se encontraba, para bajarle un piso en las bancadas del hemiciclo y complicarle la vida ¡ qué rollazo, a gobernar !. Lo mismo que cuando le pillaron hablando en términos poco patrióticos del día de las Fuerzas Armadas ¡ Cómo se les ocurre molestar a Don Mariano con el asuntillo ese del desfile, por dios !.

Lo que pasa es que mintió por lo mismo que mienten todos, como lo hizo ZP y lo hizo Solbes frente a Pizarro. Mintió porque en España, mentir sirve para ganar elecciones y no pasa nada. Es decir, que a los españoles nos gusta que nos mientan, votamos el «chollo» que nos ofrecen y luego no pedimos cuentas a menos que nuestra opción política esté en la oposición, lo cual deja la credibilidad de la queja algo perjudicada. Votamos con la entraña y así nos va…y ellos, lo saben.

Pero sin duda la ductilidad de las ideas de Don Mariano debería ser un indicador claro de por qué la prima de riesgo sigue subiendo, porque nadie sabe a qué se va a dedicar en función de cómo su entorno vea las encuestas de opinión. Decir en la oposición que tus principios consisten en bajar impuestos para que la gente pueda disponer de dinero y gastar para reactivar la Ecnonomía, y escudarte en una cifra al llegar al Gobierno para subir los directos, cargarte el consumo y disparar la morosidad en la banca, es algo que merece una prima de riesgo de 600 pb…¡ o más !

Y no, la culpa no es de Grecia, es de que seguimos gastando más de lo que ingresamos. Porque si no fuese así, nos importaría un pimiento la prima de riesgo. No necesitaríamos financiación exterior ni estaríamos chillándole a Alemania para que sus ciudadanos nos paguen el diferencial del tipo de interés.

¡¡ Hay que ser caraduras !!

Rog